En plena naturaleza, y sin la contaminación de abonos químicos ni pesticidas, crecen nuestras uvas al amparo y el mimo de cepas de Mencía con edades comprendidas entre los 15 y 100 años.
Pasear por estos valles, cerrar los ojos y simplemente escuchar como la naturaleza te transmite, te susurra, y te atrapa en lo mágico de lo sencillo, sabio y natural. Escuchar al viento, dejarse acariciar por las hojas en los primeros meses de verano, oír los pájaros que certifican cada añada haciéndose eco de los azucares naturales de nuestros racimos; son garantía ecológica y natural de nuestros caldos, nadie mejor que la propia naturaleza, su equilibrio y su tiempo, para certificar al buen vino ecológico de El Bierzo.